La histeresis en economía es un fenómeno que describe cómo ciertos efectos económicos persisten incluso después de que los factores que los originaron hayan desaparecido. Este concepto, aunque complejo, es fundamental en el análisis macroeconómico, especialmente en contextos de recesiones, desempleo y políticas económicas. En este artículo exploraremos en profundidad qué significa la histeresis, cómo se manifiesta en la economía real y por qué su comprensión es vital para los responsables de tomar decisiones.
¿Qué es la histeresis en economía?
La histeresis es un término originariamente utilizado en física para describir el fenómeno por el cual el estado actual de un sistema depende no solo de sus condiciones actuales, sino también de su historia previa. En el ámbito económico, este concepto se aplica para explicar cómo ciertos choques económicos, como una recesión o un aumento en el desempleo, pueden tener efectos duraderos e incluso irreversibles en la economía.
Por ejemplo, si una economía entra en una recesión prolongada, puede ocurrir que, incluso después de que se recupere el crecimiento y el nivel de producción se acerque al de antes, el desempleo permanezca elevado. Esto se debe a que las personas que estuvieron desempleadas durante mucho tiempo pueden perder habilidades, o que las empresas se vuelvan más selectivas al contratar, lo que dificulta la reabsorción laboral.
Curiosidad histórica: El término fue introducido en economía por primera vez en los años 80, especialmente en el contexto de la crisis de los años 70 y 80 en Estados Unidos, cuando los economistas observaron que los efectos de las recesiones no desaparecían con facilidad. Un caso emblemático fue el de la Gran Recesión de 2008, donde el desempleo en EE.UU. no volvió a su nivel anterior hasta varios años después de que la economía hubiera recuperado su nivel de producción.
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La persistencia de los efectos económicos
Uno de los aspectos más interesantes de la histeresis es que no solo se aplica a situaciones negativas, sino también a efectos positivos. Por ejemplo, un aumento significativo en la inversión pública o en el gasto estatal puede generar efectos de largo plazo en el crecimiento económico, incluso después de que los estímulos hayan sido reducidos. Esto se debe a que los efectos de la inversión se internalizan en la economía a través de infraestructura, educación o productividad.
La persistencia de los efectos económicos es un tema central en la política macroeconómica. Si los efectos de un choque son histeréticos, entonces las decisiones de política deben considerar no solo el estado actual de la economía, sino también cómo se espera que evolucione a largo plazo. Esto lleva a una mayor responsabilidad en la toma de decisiones, ya que una mala política puede dejar consecuencias duraderas.
Por otro lado, si los efectos no son histeréticos, entonces la economía puede recuperarse rápidamente una vez que el choque haya pasado. Por ejemplo, un aumento temporal en los tipos de interés puede provocar una contracción breve, pero si la economía es flexible, puede recuperarse sin dejar secuelas. La diferencia clave está en si los agentes económicos responden de manera permanente o temporal a los cambios.
La importancia de la memoria en la economía
La histeresis también se relaciona con la idea de que la economía tiene memoria. Esto significa que las decisiones tomadas en el pasado afectan las opciones disponibles en el presente y en el futuro. Por ejemplo, si una empresa decide no invertir en tecnología durante una recesión, podría encontrar que sus competidores se han modernizado, lo que dificulta su recuperación incluso cuando el entorno económico mejore.
Este tipo de efectos es especialmente relevante en contextos donde existe un componente de rendimiento perdido. Por ejemplo, los jóvenes que no consiguen trabajo durante una recesión pueden tener dificultades para insertarse en el mercado laboral en el futuro, ya que no han desarrollado una trayectoria laboral sólida. Esto puede afectar no solo a sus salarios individuales, sino también al crecimiento económico general del país.
Ejemplos reales de histeresis en economía
Un ejemplo clásico de histeresis es el desempleo estructural. Durante una recesión, muchas personas pierden sus empleos. Si el mercado laboral no se recupera rápidamente, estas personas pueden perder habilidades, o pueden decidir abandonar el mercado laboral (por ejemplo, volverse a estudiar o cuidar a la familia). Una vez que esto ocurre, puede ser difícil que regresen al empleo, incluso cuando la economía mejore.
Otro ejemplo es el efecto histerético del desempleo. En este caso, un aumento del desempleo en un periodo dado puede llevar a un aumento persistente del desempleo incluso después de que la economía haya recuperado su nivel de producción. Esto se debe a que los trabajadores que estuvieron desempleados durante mucho tiempo pueden enfrentar dificultades para encontrar nuevo empleo, y las empresas pueden ser más selectivas al contratar, lo que perpetúa el problema.
Un tercer ejemplo es el impacto de la política monetaria. Si una autoridad monetaria aumenta los tipos de interés para combatir la inflación, esto puede provocar una contracción en la actividad económica. Si el ajuste es muy fuerte, podría llevar a una recesión y, en consecuencia, a un aumento del desempleo. Incluso si la inflación baja, el desempleo puede seguir elevado, mostrando un efecto histerético.
El concepto de histeresis aplicado a la economía laboral
En el ámbito laboral, la histeresis se manifiesta en la forma de desempleo residual. Este tipo de desempleo no desaparece con la recuperación económica porque muchas personas no tienen acceso a los empleos disponibles. Esto puede deberse a una falta de habilidades, a una mala ubicación geográfica o a la rigidez del mercado laboral.
Por ejemplo, durante la crisis financiera de 2008, muchos trabajadores perdieron sus empleos en sectores como la construcción o la manufactura. Cuando la economía empezó a recuperarse, la demanda de trabajadores en esos sectores no aumentó al mismo ritmo. Algunos trabajadores no pudieron encontrar empleo en otros sectores debido a una falta de formación o experiencia. Esto generó un desempleo persistente, incluso cuando la producción se recuperó.
Además, el fenómeno de la migración laboral interna también puede verse afectado por la histeresis. Si una persona ha estado desempleada durante mucho tiempo, puede tener dificultades para regresar al mercado laboral, incluso si hay vacantes disponibles. Esto se debe a que los empleadores suelen valorar la continuidad laboral y pueden dudar de la capacidad de alguien que ha estado fuera del mercado por un largo periodo.
5 ejemplos de histeresis en la economía real
- Desempleo estructural – Tras una recesión, muchas personas pierden habilidades o se vuelven menos competitivas, lo que dificulta su reincorporación al mercado laboral.
- Baja productividad residual – Incluso cuando la economía se recupera, la productividad puede no alcanzar su nivel anterior, afectando el crecimiento económico a largo plazo.
- Inversión reducida en infraestructura – Durante períodos de inestabilidad, las empresas pueden evitar invertir, lo que reduce el crecimiento potencial del país.
- Efecto histerético del desempleo juvenil – Jóvenes que no consiguen empleo durante una crisis pueden enfrentar dificultades para construir una trayectoria laboral sólida.
- Rigididades en el mercado laboral – Políticas de protección laboral muy estrictas pueden generar inercia en el mercado de trabajo, dificultando la adaptación a nuevas condiciones económicas.
La histeresis como fenómeno de inercia económica
La histeresis puede ser vista como un tipo de inercia económica, donde los efectos de ciertos eventos económicos no se disipan fácilmente. Esto contrasta con la visión tradicional de la economía, que asume que el mercado se ajusta rápidamente a los cambios. Sin embargo, en presencia de histeresis, los ajustes son más lentos y los efectos de los choques pueden perdurar mucho más de lo esperado.
Este fenómeno tiene implicaciones profundas para la política económica. Por ejemplo, si un gobierno decide reducir los estímulos económicos demasiado pronto, podría estar dejando a la economía sin el apoyo necesario para recuperarse completamente. Por otro lado, si mantiene los estímulos por demasiado tiempo, podría generar ineficiencias o incluso inflación. Por eso, la gestión de la histeresis requiere un equilibrio cuidadoso entre estabilidad y flexibilidad.
Además, la histeresis puede afectar la confianza de los agentes económicos. Si los empresarios y los consumidores perciben que el mercado no se recupera con rapidez, pueden tomar decisiones más conservadoras, lo que puede ralentizar aún más la recuperación. Este círculo vicioso puede ser difícil de romper sin intervención política o institucional.
¿Para qué sirve entender la histeresis en economía?
Entender la histeresis es fundamental para diseñar políticas económicas efectivas. Si los efectos de una recesión son histeréticos, entonces es necesario implementar políticas de estímulo más agresivas o prolongadas. Por ejemplo, durante la Gran Recesión, muchos economistas argumentaron que el gasto público debería mantenerse elevado para evitar un desempleo estructural persistente.
Además, la comprensión de la histeresis permite evaluar el impacto de las políticas a largo plazo. Por ejemplo, una reforma laboral que facilite la contratación y el despido puede reducir la inercia del mercado laboral y mejorar la adaptabilidad económica. Por otro lado, políticas que generen rigidez, como subsidios prolongados al desempleo, pueden tener efectos histeréticos negativos si los trabajadores se vuelven dependientes de estos apoyos.
En resumen, la histeresis no solo es un fenómeno académico, sino una realidad que debe considerarse al tomar decisiones políticas, ya sea en el ámbito nacional o internacional.
Efectos duraderos y persistencia en la economía
La persistencia es una característica clave de la histeresis. A diferencia de los efectos transitorios, que se desvanecen con el tiempo, los efectos histeréticos permanecen incluso cuando las condiciones iniciales ya no existen. Esto hace que la economía no se comporte como un sistema estático, sino como uno con memoria.
Por ejemplo, si una empresa reduce su plantilla durante una recesión, puede que, incluso cuando la economía mejore, decida no contratar nuevos empleados porque ha aprendido a ser más eficiente con menos personal. Este tipo de adaptación, aunque positiva en el corto plazo, puede generar inercia en el mercado laboral.
Otra forma de persistencia es la inercia en los precios y salarios. En economías donde los precios y salarios no se ajustan rápidamente, los choques pueden tener efectos más duraderos. Esto es especialmente relevante en economías desarrolladas con sindicatos fuertes o contratos laborales a largo plazo.
La histeresis como factor de inestabilidad macroeconómica
La histeresis también puede actuar como un factor de inestabilidad en la economía. Si los efectos de una recesión persisten, pueden generar expectativas negativas entre los agentes económicos. Esto puede llevar a una reducción en la inversión, el consumo y la contratación, lo que a su vez profundiza la recesión. Este tipo de dinámica puede convertir una crisis temporal en un problema estructural.
Por ejemplo, durante la crisis financiera de 2008, muchos países experimentaron una caída en el consumo y la inversión que no se recuperó rápidamente, incluso cuando los mercados financieros se estabilizaron. Esto se debió, en parte, a que los hogares y las empresas habían reducido su apalancamiento y adoptado una postura más conservadora, lo cual generó un efecto histerético negativo.
En este contexto, las autoridades económicas deben actuar con previsión, ya que una respuesta lenta o inadecuada puede dejar cicatrices permanentes en la economía. Por otro lado, una respuesta rápida y coordinada puede ayudar a mitigar los efectos histeréticos y acelerar la recuperación.
El significado de la histeresis en economía
La histeresis en economía es un concepto que desafía la idea de que la economía se ajusta rápidamente a los cambios. En lugar de eso, sugiere que los efectos de ciertos eventos económicos pueden durar mucho más de lo esperado. Esto tiene importantes implicaciones para la política económica y para la forma en que los agentes económicos toman decisiones.
Desde una perspectiva académica, la histeresis se estudia dentro de la teoría macroeconómica y se utiliza para analizar cómo los choques económicos afectan a largo plazo a variables como el PIB, el desempleo y la inflación. Por ejemplo, si se produce un choque negativo en la demanda, como una recesión, los efectos pueden no desaparecer incluso cuando la demanda se recupere. Esto se debe a que los agentes económicos pueden haber ajustado su comportamiento de forma permanente.
En términos prácticos, entender la histeresis permite a los responsables de políticas anticipar los efectos a largo plazo de sus decisiones. Por ejemplo, si una política de estímulo económico tiene efectos histeréticos positivos, puede ser más efectiva a largo plazo que una política con efectos transitorios.
¿De dónde proviene el término histeresis?
El término histeresis proviene del griego *hysterein*, que significa retrasar o seguir con retraso. Fue originalmente utilizado en la física para describir fenómenos como la magnetización de los materiales, donde el estado final de un sistema depende de su historia previa. En la física, un material magnetizado no vuelve a su estado original de la misma manera en que fue magnetizado, sino que sigue una trayectoria distinta, lo que se conoce como histeresis.
En economía, este concepto se adaptó para describir cómo ciertos efectos económicos persisten incluso después de que los factores que los originaron hayan desaparecido. Esta idea se popularizó especialmente en los años 80, cuando economistas como Olivier Blanchard y Lawrence Summers observaron que el desempleo en Estados Unidos no se recuperaba con rapidez tras una recesión, lo que llevó a la idea de que existían efectos estructurales y no solo cíclicos.
Variantes del concepto de histeresis en economía
Además de la histeresis clásica, existen otras formas de este fenómeno en economía. Una de ellas es la histeresis estructural, que se refiere a cómo los cambios en la estructura económica, como la globalización o los avances tecnológicos, pueden tener efectos duraderos. Por ejemplo, la automatización ha reducido permanentemente la demanda de ciertos tipos de trabajos, lo que ha generado desempleo estructural que no se resuelve con políticas cíclicas.
Otra variante es la histeresis institucional, donde ciertas políticas o reglas económicas generan efectos persistentes. Por ejemplo, si un país implementa una reforma laboral que facilita el despido, esto puede aumentar la flexibilidad del mercado laboral, pero también puede generar inseguridad entre los trabajadores, lo que afecta su comportamiento de consumo y ahorro.
También existe la histeresis financiera, que describe cómo los choques financieros pueden tener efectos duraderos en la economía real. Por ejemplo, una crisis bancaria puede llevar a una contracción del crédito que persiste incluso cuando el sistema financiero se recupera.
¿Cómo se manifiesta la histeresis en distintos sectores?
La histeresis puede manifestarse de manera diferente en distintos sectores económicos. En el sector laboral, como ya hemos visto, puede generar desempleo estructural. En el sector productivo, puede llevar a una reducción permanente en la productividad si las empresas no invierten en tecnología o capacitación. En el sector financiero, puede afectar la disponibilidad de crédito, especialmente si los bancos se vuelven más conservadores tras una crisis.
También puede afectar al sector público, donde una reducción del gasto en infraestructura o educación durante una recesión puede tener efectos duraderos en el crecimiento económico. Por ejemplo, si un país reduce su inversión en educación durante una crisis, puede tener consecuencias negativas en la productividad de su fuerza laboral décadas más tarde.
En el sector servicios, la histeresis puede manifestarse en la pérdida de confianza de los consumidores. Si los hogares reducen su gasto durante una recesión, pueden mantener niveles de consumo bajos incluso después de que la economía haya recuperado su nivel de producción.
Cómo usar el concepto de histeresis en análisis económico
El uso del concepto de histeresis en análisis económico implica considerar cómo los eventos pasados afectan el presente y el futuro. Esto se puede aplicar tanto en el análisis macroeconómico como en el microeconómico.
En el análisis macroeconómico, los economistas utilizan modelos que incorporan efectos histeréticos para predecir la evolución de variables como el desempleo o el crecimiento. Por ejemplo, un modelo de histeresis puede predecir que un aumento en el desempleo durante una recesión puede no desaparecer con facilidad, incluso si la economía se recupera.
En el análisis microeconómico, la histeresis puede aplicarse al comportamiento individual de los agentes económicos. Por ejemplo, un trabajador que haya estado desempleado durante mucho tiempo puede tener dificultades para encontrar empleo incluso cuando el mercado laboral se recupere, lo que afecta su comportamiento de consumo y ahorro.
Un ejemplo práctico sería el de un gobierno que decide implementar un programa de formación para trabajadores afectados por una recesión. Este programa no solo ayuda a los trabajadores a recuperar empleo, sino que también tiene efectos histeréticos positivos al mejorar su productividad y su adaptabilidad a nuevos puestos.
Efectos secundarios de la histeresis en la economía
Una consecuencia importante de la histeresis es que puede afectar la confianza de los agentes económicos. Si los hogares o las empresas perciben que la economía no se recupera con rapidez, pueden tomar decisiones más conservadoras, como reducir el consumo o posponer inversiones. Esto puede generar un círculo vicioso donde la falta de confianza se traduce en menor actividad económica, lo que a su vez reduce la confianza aún más.
Otra consecuencia es el impacto en el crecimiento potencial. Si ciertos sectores de la economía no se recuperan completamente tras una recesión, el crecimiento potencial puede ser menor que antes. Esto significa que la economía no puede alcanzar el mismo nivel de producción que antes, incluso con políticas óptimas.
Además, la histeresis puede afectar la distribución del ingreso. Si ciertos grupos de la población son más afectados por efectos histeréticos, como los jóvenes o los trabajadores en sectores afectados por la recesión, esto puede generar desigualdades que persistan durante años.
Histeresis y su relevancia en la toma de decisiones políticas
Para los responsables de tomar decisiones políticas, entender la histeresis es clave para diseñar políticas efectivas. Si se sabe que los efectos de una recesión son histeréticos, entonces se puede actuar con más rapidez y con medidas más agresivas para mitigar los daños. Por ejemplo, si el desempleo tiene efectos histeréticos, entonces es importante implementar programas de formación y empleo para evitar que los trabajadores pierdan habilidades.
También es relevante para la política monetaria. Si los efectos de una subida de tipos de interés son histeréticos, entonces las autoridades monetarias deben considerar no solo el impacto inmediato, sino también los efectos a largo plazo. Esto puede llevar a una política más conservadora o a un mayor uso de políticas de estímulo.
En resumen, la histeresis no solo es un fenómeno académico, sino una realidad que debe considerarse al diseñar políticas económicas. Su comprensión permite anticipar los efectos a largo plazo de las decisiones actuales y tomar medidas más efectivas para proteger la economía.
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