La jerarquización del movimiento es un concepto fundamental en el estudio de la biomecánica, la fisiología del ejercicio, y el entrenamiento físico. Se refiere a la organización y priorización de los movimientos corporales según su complejidad, importancia funcional y propósito específico. Este proceso no solo ayuda a optimizar el rendimiento, sino que también previene lesiones al asegurar que los movimientos más básicos y seguros se desarrollen correctamente antes de avanzar a movimientos más complejos.
En este artículo exploraremos a fondo qué implica la jerarquización del movimiento, cómo se aplica en distintos contextos como el deporte, la rehabilitación o la educación física, y por qué es esencial para un desarrollo motor saludable. Además, te mostraremos ejemplos prácticos, aplicaciones reales y cómo puede integrarse en diferentes programas de entrenamiento.
¿Qué es la jerarquización del movimiento?
La jerarquización del movimiento es un proceso que clasifica y organiza los movimientos corporales en una secuencia lógica, desde los más simples hasta los más complejos. Este enfoque tiene como objetivo asegurar que los movimientos básicos y esenciales se dominen antes de pasar a movimientos más avanzados. Es comúnmente utilizado en áreas como la fisioterapia, el entrenamiento funcional y la educación física.
Por ejemplo, antes de enseñar a un niño a correr, se le debe enseñar a caminar correctamente. Del mismo modo, en un atleta, antes de ejecutar un salto vertical con impulso de pierna y brazo, se debe asegurar que sus patrones de carga y despegue sean eficientes. Este proceso de jerarquía no solo facilita el aprendizaje, sino que también minimiza el riesgo de lesiones derivadas de movimientos inadecuados.
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Un dato interesante es que este concepto se basa en teorías de desarrollo motor desde la niñez. Estudios como los de Jean Piaget y más recientemente de Anat Belsky, destacan cómo los niños desarrollan patrones de movimiento en etapas específicas, y cómo interrumpir esta secuencia puede provocar movimientos compensatorios que afectan el desarrollo a largo plazo.
El desarrollo motor y la importancia de la secuencia
La jerarquización del movimiento está estrechamente vinculada al desarrollo motor, que es el proceso mediante el cual un individuo adquiere habilidades motrices progresivamente. Este desarrollo no es aleatorio, sino que sigue una secuencia evolutiva que comienza con movimientos simples y se va complejizando a medida que el sistema nervioso y muscular madura.
En el contexto del desarrollo infantil, por ejemplo, los bebés primero desarrollan el control de la cabeza, luego el control del tronco, seguido por el control de los brazos y las piernas. Solo cuando estos movimientos se dominan correctamente, el niño puede pasar a actividades como gatear, caminar y correr. Este proceso natural es clave para prevenir desbalances posturales y problemas articulares en la edad adulta.
En adultos, la jerarquía del movimiento también es fundamental, especialmente en quienes ya presentan lesiones o alteraciones posturales. Por ejemplo, un paciente con dolor lumbar crónico puede no ser capaz de realizar correctamente un patrón de flexión de la columna sin compensar con el cuello o las caderas. En estos casos, el fisioterapeuta debe reeducar movimientos básicos antes de permitir que el paciente retome actividades más demandantes.
La jerarquía del movimiento en la educación física escolar
En la educación física escolar, la jerarquía del movimiento es una herramienta pedagógica clave para enseñar a los niños de manera progresiva. Los docentes deben tener en cuenta que cada estudiante tiene un desarrollo motor diferente, y por tanto, no todos dominan los mismes movimientos en el mismo momento.
Este enfoque permite adaptar las actividades escolares a las capacidades individuales y grupales. Por ejemplo, antes de enseñar a los niños a lanzar una pelota con precisión, es necesario asegurarse de que tengan control sobre su postura, equilibrio y movimientos de brazo básicos. Si se salta esta etapa, es probable que los niños desarrollen patrones de lanzamiento incorrectos que pueden llevar a lesiones o dificultades para aprender movimientos más complejos.
Además, la jerarquía del movimiento permite personalizar las clases y hacerlas más inclusivas, ya que permite identificar y apoyar a los estudiantes que necesitan más tiempo para dominar ciertos movimientos antes de avanzar.
Ejemplos prácticos de jerarquía del movimiento
Un ejemplo clásico de jerarquía del movimiento es el entrenamiento de un deportista que quiere mejorar su salto vertical. Antes de concentrarse en incrementar la altura del salto, se debe asegurar que el atleta tenga un patrón de carga eficiente, es decir, que baje el centro de gravedad de manera controlada y con simetría en ambas piernas. Si no se corrige este movimiento, el atleta podría estar usando solo una pierna para saltar, lo que generaría una asimetría y un mayor riesgo de lesión.
Otro ejemplo se da en la reeducación postoperatoria. Un paciente que ha sufrido una lesión en la rodilla debe primero recuperar el control de la musculatura estabilizadora, luego realizar movimientos isométricos, después dinámicos y finalmente pasar a movimientos funcionales como saltar o correr. Saltarse alguna etapa puede prolongar el tiempo de recuperación o incluso causar una nueva lesión.
En la vida diaria, la jerarquía también es clave. Por ejemplo, antes de levantar un objeto pesado, una persona debe dominar la técnica correcta para evitar sobrecargar la columna. Esto incluye flexionar las rodillas, mantener la espalda recta y usar la fuerza de las piernas.
La jerarquía del movimiento y el entrenamiento funcional
El entrenamiento funcional se basa en movimientos que imitan actividades de la vida diaria y deportiva, y la jerarquía del movimiento es su pilar fundamental. En este tipo de entrenamiento, se priorizan movimientos complejos, pero siempre asegurando que los movimientos básicos se dominen primero.
Un ejemplo es el deadlift, un ejercicio que requiere una buena técnica de cadera, rodilla y espalda. Antes de realizar este movimiento con peso, se recomienda entrenar con el cuerpo sin peso para asegurar una postura correcta. Esto implica dominar el control de la pelvis, la flexión de la cadera y la estabilización de la columna. Si se salta este paso, el riesgo de lesión es muy alto.
El entrenamiento funcional también promueve la coordinación entre grupos musculares y el equilibrio. Por ejemplo, en un ejercicio como el step-up, se requiere que el cuerpo mantenga el equilibrio en una pierna mientras se levanta el peso corporal. Este tipo de ejercicios no se deben introducir hasta que el individuo tenga un buen control postural y estabilidad en ambas piernas.
5 ejemplos de jerarquía en el entrenamiento
- Sentadilla: Antes de realizar una sentadilla con peso, es fundamental dominar la sentadilla sin peso con buena técnica y simetría en ambas piernas.
- Push-up: Antes de hacer push-ups con peso o con variaciones avanzadas, se debe asegurar que el individuo tenga control del tronco y los hombros.
- Correr: Antes de correr en terrenos complejos o con resistencia, se debe asegurar que la técnica de carrera sea eficiente y sin compensaciones.
- Saltar: Antes de ejecutar saltos con aterrizaje controlado, se debe trabajar en la estabilización de rodillas y tobillos.
- Rotación de cadera: Antes de realizar movimientos de rotación con brazos, como en el tenis o el fútbol, es necesario asegurar el control de la cadera y la pelvis.
La jerarquía del movimiento en la fisioterapia
En el ámbito de la fisioterapia, la jerarquía del movimiento es una herramienta esencial para la evaluación y el tratamiento de pacientes con movilidad reducida o con movimientos inadecuados. Un fisioterapeuta comienza por evaluar los movimientos más básicos y progresivamente introduce movimientos más complejos según la capacidad del paciente.
Por ejemplo, en un paciente con lesión en el hombro, antes de permitir movimientos de rotación, se debe asegurar que el hombro tenga un rango completo de movimiento pasivo y que el paciente pueda controlar la posición activamente. Si se salta esta etapa, es probable que el paciente desarrolle patrones compensatorios que pueden prolongar el tiempo de recuperación.
Además, en la fisioterapia preventiva, la jerarquía permite identificar movimientos ineficientes antes de que se conviertan en lesiones. Por ejemplo, un atleta que tiene una asimetría en la carga de las piernas durante una carrera puede desarrollar dolor en la rodilla si no se corrige a tiempo. La fisioterapia interviene para reeducar el movimiento y prevenir futuros problemas.
¿Para qué sirve la jerarquía del movimiento?
La jerarquía del movimiento sirve para estructurar el aprendizaje y desarrollo motor de una manera segura y eficiente. Su principal utilidad es garantizar que los movimientos básicos se dominen antes de pasar a movimientos más complejos, lo que reduce el riesgo de lesiones y mejora el rendimiento.
En el ámbito del entrenamiento deportivo, permite al entrenador adaptar el programa a las capacidades del atleta. Por ejemplo, un jugador de fútbol que no tiene control sobre su cadera no podrá realizar fintas complejas sin riesgo de lesión. Por tanto, el entrenador debe trabajar primero en el control de la cadera y la estabilidad del tronco antes de introducir movimientos de finta y cambio de dirección.
En la vida diaria, la jerarquía también es útil para personas con movilidad reducida o con enfermedades degenerativas. Ayuda a mantener su autonomía y prevenir caídas al enseñarles a realizar movimientos seguros y controlados.
La jerarquía en el desarrollo motor infantil
El desarrollo motor infantil sigue una secuencia muy específica, conocida como desarrollo motor normal. Esta secuencia incluye etapas como el control del tronco, gateo, caminar, correr, saltar, entre otros. La jerarquía del movimiento es fundamental para garantizar que el niño pase por cada etapa con éxito.
Por ejemplo, un niño que salta antes de tener control sobre su equilibrio puede desarrollar patrones de salto ineficientes o incluso inseguros. Del mismo modo, un niño que gatea muy tarde puede tener dificultades para desarrollar la coordinación necesaria para caminar correctamente. Esto puede afectar su desarrollo motor a largo plazo.
En la educación temprana, es importante que los padres y educadores estén atentos a estas etapas. Si detectan un retraso o una compensación en un movimiento, deben buscar apoyo profesional. A veces, una simple corrección temprana puede evitar problemas futuros.
La jerarquía en el entrenamiento de adultos
En adultos, la jerarquía del movimiento es especialmente útil para corregir movimientos ineficientes o para mejorar el rendimiento deportivo. Muchas personas desarrollan patrones de movimiento incorrectos debido a mala postura, sedentarismo o lesiones anteriores. La jerarquía permite abordar estos problemas de forma progresiva.
Por ejemplo, un adulto que quiere mejorar su fuerza en el tren inferior debe comenzar por trabajar su estabilidad y equilibrio. Esto incluye ejercicios como el single leg squat o el balance en una pierna. Solo cuando el cuerpo demuestra control sobre estos movimientos básicos, se puede pasar a ejercicios más avanzados como el barbell squat o el deadlift.
En el caso de adultos mayores, la jerarquía es crucial para prevenir caídas. La pérdida de equilibrio y la disminución de la fuerza son factores que pueden ser mitigados con un entrenamiento progresivo que comience con movimientos simples y seguros.
El significado de la jerarquía del movimiento
La jerarquía del movimiento no solo se refiere a la secuencia de los movimientos, sino también a la importancia funcional de cada uno. Cada movimiento tiene un propósito específico y debe dominarse antes de avanzar al siguiente nivel. Esto es especialmente relevante en el entrenamiento y en la rehabilitación.
Por ejemplo, el control de la pelvis es fundamental antes de realizar movimientos que involucren la columna vertebral. La pelvis actúa como un punto de anclaje para muchos movimientos, y si no se controla correctamente, se pueden desarrollar patrones compensatorios que afectan la postura y el equilibrio.
Además, la jerarquía del movimiento tiene una base científica. Estudios en neurociencia han demostrado que el cerebro aprende mejor cuando se le da información progresiva y estructurada. En el caso del movimiento, esto significa que el aprendizaje es más eficiente cuando se sigue una secuencia lógica de movimientos.
¿De dónde viene el concepto de jerarquía del movimiento?
El concepto de jerarquía del movimiento tiene sus raíces en la biomecánica y la fisiología del desarrollo motor. Se ha utilizado históricamente en la educación física, la fisioterapia y el entrenamiento deportivo. Uno de los primeros en aplicar este enfoque fue el físico y biomecánico Nikolai Bernstein, quien destacó la importancia de los movimientos básicos en el desarrollo de movimientos complejos.
Bernstein observó que los movimientos complejos no se aprenden de forma inmediata, sino que se construyen a partir de movimientos más simples y automatizados. Este principio es fundamental en el entrenamiento motor, ya que permite estructurar los programas de forma lógica y segura.
En la actualidad, este concepto se aplica en múltiples disciplinas, desde la fisioterapia hasta la robótica, donde se busca replicar los movimientos humanos de manera funcional y eficiente.
La jerarquía en el entrenamiento del niño
En el caso del niño, la jerarquía del movimiento es esencial para su desarrollo físico y cognitivo. Los movimientos no solo son necesarios para la locomoción, sino también para el desarrollo del cerebro. Cada movimiento desarrolla conexiones neuronales que son fundamentales para la coordinación, el equilibrio y la percepción espacial.
Un niño que salta antes de tener control sobre su equilibrio puede desarrollar un patrón de salto ineficiente. Por ejemplo, puede usar solo una pierna o compensar con el cuello o la espalda. Estos patrones pueden persistir en la edad adulta y causar problemas posturales.
Los padres y educadores deben estar atentos a las etapas de desarrollo motor y no forzar a los niños a realizar movimientos que su cuerpo no está listo para dominar. La paciencia y la observación son claves para asegurar un desarrollo saludable y funcional.
¿Cómo se aplica la jerarquía del movimiento en el aula?
En el aula de educación física, la jerarquía del movimiento se aplica para enseñar a los estudiantes de manera progresiva y segura. Los docentes deben estructurar las lecciones de manera que cada actividad se base en movimientos anteriores y más básicos.
Por ejemplo, antes de enseñar a los niños a lanzar una pelota a una distancia determinada, se debe asegurar que tengan control sobre su postura, equilibrio y movimientos de brazo. Si se salta esta etapa, los niños pueden desarrollar patrones de lanzamiento incorrectos que pueden ser difíciles de corregir más adelante.
También es importante adaptar las actividades según las capacidades de los estudiantes. Un niño que aún no tiene control sobre su equilibrio no debe ser forzado a realizar movimientos complejos como saltar sobre un pie. En su lugar, se pueden introducir movimientos más simples que le permitan desarrollar las habilidades necesarias.
Cómo usar la jerarquía del movimiento y ejemplos de uso
La jerarquía del movimiento se puede aplicar de muchas maneras, dependiendo del contexto y del objetivo. En el entrenamiento deportivo, por ejemplo, se puede usar para estructurar programas de entrenamiento que comiencen con movimientos básicos y progresivamente aumenten la complejidad.
Un ejemplo de uso sería el siguiente:
- Fase 1: Estabilización y control postural – Ejercicios como el plank o el single leg balance.
- Fase 2: Movimientos isométricos y dinámicos controlados – Ejercicios como la sentadilla sin peso o el push-up en el suelo.
- Fase 3: Movimientos con peso y resistencia – Introducir peso en los ejercicios anteriores, como la sentadilla con barra o el push-up con peso.
- Fase 4: Movimientos funcionales y complejos – Introducir movimientos que requieran coordinación y estabilidad, como el deadlift o el clean and press.
En la fisioterapia, se puede usar para reeducar movimientos incorrectos, como el patrón de carga ineficiente en la rodilla. Se comienza con movimientos simples y se avanza progresivamente hasta que el paciente pueda realizar movimientos complejos sin compensaciones.
La jerarquía del movimiento en el entrenamiento de adultos mayores
En adultos mayores, la jerarquía del movimiento es fundamental para mantener la independencia y prevenir caídas. Con la edad, se pierde fuerza, equilibrio y flexibilidad, lo que aumenta el riesgo de lesiones. Por eso, el entrenamiento debe estructurarse progresivamente.
Un programa típico para adultos mayores podría incluir:
- Fase 1: Estabilidad y equilibrio – Ejercicios como el balance en una pierna o el sostenimiento con apoyo.
- Fase 2: Movimientos controlados – Actividades como caminar con pausas o realizar sentadillas con apoyo.
- Fase 3: Movimientos dinámicos y funcionales – Introducir movimientos como levantar objetos o subir escaleras con control.
- Fase 4: Integración y coordinación – Actividades que combinan fuerza, equilibrio y movilidad, como el step-up o el pase de pelota.
Este enfoque no solo mejora la fuerza y el equilibrio, sino que también aumenta la confianza del adulto mayor al realizar actividades cotidianas.
La jerarquía del movimiento y la prevención de lesiones
La jerarquía del movimiento es una herramienta clave para prevenir lesiones, ya que asegura que los movimientos se dominen antes de ser usados en situaciones de mayor exigencia. Muchas lesiones deportivas, como lesiones en la rodilla o el hombro, ocurren por movimientos incorrectos o inadecuados.
Por ejemplo, un atleta que salta sin control de la pelvis o con una carga inadecuada puede sufrir un desgarro en el ligamento cruzado anterior. La jerarquía permite identificar estos movimientos ineficientes y corregirlos antes de que se conviertan en lesiones.
En la vida diaria, también es útil para prevenir lesiones en el trabajo o en el hogar. Por ejemplo, una persona que levanta objetos pesados sin flexionar las rodillas correctamente puede desarrollar una lesión en la columna vertebral. La jerarquía del movimiento enseña técnicas seguras para realizar estas actividades.
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